Gustavo Moreno: “Me nombraron en la Fiscalía para hacer mandados”

El ex fiscal anticorrupción, Gustavo Moreno, está preso en la Cárcel Modelo, desde ahí se comunicó en varias ocasiones con María Jimena Duzán. En varias entrevistas contó el temor que tiene, manifestó sus ganas de decir la verdad y, afirmó que todos los personajes que denunció se han confabulado contra él para callarlo. Vea todos los detalles de su entrevista aquí.

 

María Jimena Duzán: ¿Porque lo nombró Néstor Humberto Martínez?

Luis Gustavo Moreno: No lo resumo porque me da miedo, porque yo donde estoy…a mí me nombraron en la dirección anticorrupción para hacer mandados, María Jimena.

MJD: ¿Mandados de quién?

LGM: No, hasta ahí le llego.

El diciembre pasado llegó al país Luis Gustavo Moreno, el ex fiscal anticorrupción que protagonizó un escándalo de corrupción con Alejandro Lyons en Miami. Fue extraditado por ese caso de corrupción. El primero en ser extraditado por un escándalo de corrupción, debo decir. Cumplió allá la pena. Ahora, vuelve a cumplir otra pena, producto de un principio de oportunidad que le otorgó a él cuatro años a cambio de decir la verdad sobre cómo funcionó el Cartel de la Toga. Si quieren saber por qué volvió al país Luis Gustavo Moreno, miren lo que él mismo nos contó.

LGM: En medio de todas estas dificultades hay cosas que me ha tocado afrontar, consecuencia de mis decisiones, desde luego. La mamá de mi hija decidió, como es normal, estando incluso en libertad o privado la libertad, que la relación terminara, lo cual es normal, puede pasar en cualquier relación. Pero mi hija está en Colombia y desde que yo fui extraditado tanto ella como los abuelos de la nena por parte de la mamá, me han limitado totalmente la comunicación con mi hija, al punto de iniciar un proceso de pérdida de patria potestad para quitarme la patria potestad de mi hija.

Y el motivo realmente fue venir a recuperar a mi hija. Yo me equivoqué, yo he sido, de pronto…de pronto no, fui una persona cometió delitos y estoy asumiendo las consecuencias, pero me quiero levantar y demostrarle a mi hija que a pesar de que uno se caiga se puede levantar y hacer bien las cosas.

Luis Gustavo Moreno, antes de irse extraditado a los Estados Unidos por los asuntos de corrupción que ustedes conocen, hizo aquí unos testimonios durísimos ante la Corte Suprema de Justicia en donde relató cómo era que funcionaba el Cartel de la Toga, y habló precisamente de la oficina.

¿Que era la oficina?, era el sitio donde se pagaban las coimas para arreglar los procesos, ¿en favor de quienes?, pues de los políticos, ¿a través de quiénes? de los magistrados, que eran los que hacían y deshacían, y tenían todo el poder de imponer las sanciones que quisieran los políticos que pagaban las coimas en la oficina.

¿Quiénes formaban parte de esa oficina? Según el principio de oportunidad del propio Luis Gustavo Moreno, por lo menos tres magistrados, en ese momento muy importantes, hoy ex magistrados. El primero: Leonidas Bustos, hoy en Canadá, ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia y presidente de esa corte, lo fue y muy poderoso. Segundo: el magistrado Francisco Ricaurte, también muy importante, con un proceso, hoy, aquí, por cuenta de las declaraciones y testimonios del propio Luis Gustavo Moreno. El tercero, otro magistrado importante, Gustavo Malo, que también fue señalado por Luis Gustavo Moreno, y hoy también está ante un proceso en la justicia.

Hay nombres que todavía faltan, por ejemplo, el de Ruth Marina Díaz, otra persona muy importante porque fue magistrada y presidente de la Corte Suprema de Justicia. Ese nombre también fue mencionado por Luis Gustavo Moreno, pero a la señora Ruth Marina Díaz, hoy, la justicia no le ha abierto ni una caja.

LGM: Yo llego porque el doctor Leonidas Bustos y el doctor Gerardo Torres me hablan de participar y de representar unos casos ante la corte, obviamente con mayor detalle, con entrega de soporte. Yo era un esbirro, un miembro de esa organización criminal, pero que no hubiera podido dar ningún tipo de resultado si no tuviera el respaldo, y al interior de la corte, a estas personas que hicieron parte de lo que el país conoce como el Cartel de la Toga.

En su momento un joven abogado que pudiera tomar decisiones al interior de las salas, sacar magistrados auxiliares, y tener la tranquilidad por parte de los senadores que pagaban esos recursos de cursos, producto de sobornos y de actos de corrupción, y de tener esa información, eso era totalmente imposible. La gente que litiga y que conoce la Corte Suprema de Justicia sabe que eso es imposible. Eso es una mentira que el país no se puede tragar, y además hay cosas ajenas a los actos de corrupción que el país conoce, el Cartier que le entregué yo al doctor Leonidas Bustos, la camioneta que le regalé a la doctora Cristina, compañera permanente y sentimental, en su momento, del doctor Leonidas, la oficina que teníamos Ricaurte, Ruth Marina y yo, para darle apariencia de legalidad a estos actos de corrupción, porque son delitos de cuello blanco, no es la pistola y el banco y salir corriendo, no, son actos de corrupción que tienen apariencia de licitud, que se disfrazaban de una representación legal.

MJD: ¿Y ese reloj de Cartier por qué se lo regaló usted a Leonidas?

LGM: Leonidas me cuenta a mí, y no me lo cuenta, porque sí, me dice, oiga, Gustavo, me quiero comprar un Rolex. Y yo le digo, por la vida y la cercanía, doctor Leonidas, “a mí no me parece que un magistrado en una sala deba tener un Rolex, eso le queda bien a un empresario, un ganadero, pero no a un magistrado. Si quiere vamos, hay una relojería que a mí me parece buena, clásica, y que de pronto no es tan soberbia. No sé, un Cartier, un Patek Philippe, algo así que el que conoce de relojería dice, ese es un muy buen reloj, pero no es los diamantes y el oro, no, no es una cosa así”.

Entonces nos vamos al Cartier y a él le gusta un Ballon Bleu en oro, pulso de cuero. Me dice “yo quiero ese” y yo, “magistrado, yo se lo regalo”, pero eso obviamente era dinero de corrupción y obedecía, yo no recuerdo a qué proceso, además, porque pues, yo no he tenido contacto a mis notas y a nada de eso, creería que fue al de Ashton, no estoy seguro, y se lo doy. Se lo doy, y el vendedor describe más allá de…yo ni me acordaba ni cómo iba vestido. Y me cuentan mis abogados que describió hasta como iba vestido, cómo nos sacaron la sala VIP y creo que él se tomó un whisky a las once de la mañana.

Resulta que los ex magistrados que han sido señalados por Luis Gustavo Moreno han dicho que ellos prácticamente no conocían al Cartel de la Toga, y que, si Luis Gustavo Moreno pidió plata y hubo una oficina, pues que esa plata era para él y que él pedía para él, y que ellos no sabían nada de nada. Yo le pregunté a Luis Gustavo Moreno si eso era cierto. Miren lo que contestó.

LGM: Eso es un achurro, yo creo que personas tan poderosas y de tanta trayectoria al lado de un joven abogado…las personas que hicieron parte, como lo he dicho, que se beneficiaron, no eran monjas de la caridad, eran y son delincuentes, y fuimos, en mi caso, delincuentes de cuello blanco. Y yo he admitido mi responsabilidad, María Jimena, y en ese compromiso yo creo que el país no se puede tragar una mentira de esas. Una corporación precisamente que investigue y que juzga, que no son, perdóneme la comparación, panaderos, para no tener experiencia en este tipo de cosas…

Los ex magistrados estaban tan interesados en demostrar que ellos no tenían nada que ver con el escándalo de corrupción, que incluso uno de ellos, el magistrado Gustavo Malo, decidió sacar al magistrado auxiliar que trabajaba para su oficina porque se reunió con Los Ñoños, que tenían precisamente una investigación en la Corte Suprema de Justicia.

LGM: El doctor Gustado Malo sacó al doctor Camilo Ruiz de la Corte Suprema de Justicia porque se sentó a almorzar con Los Ñoños, como lo han dicho. Entonces ¿él qué hacía en unas casas, en un festival vallenato con Francisco Ricaurte, Gustavo Moreno, con casas y parranda vallenata que pasaban por dineros de la corrupción? ¿Y los viajes a Miami a Panamá, entre otras muchas cosas? Yo creo que han recaudado…bueno, están los pre acuerdos de Bettín, el pre acuerdo de Camilo Ruiz, es decir, y todo eso se logró cuando yo estuve en el país. Ahora que yo me voy, pues yo creo que ellos corearon, ya que estoy hablando de vallenatos, ese coro que dice “si te vas te olvido”, y me regresé al país, y me encuentro con esta retaliación precisamente porque no saben dónde meterme y cómo callarme.

¿Y saben qué ha pasado con todas las denuncias que ha hecho Luis Gustavo Moreno? Pues nada, nada y nada.

LGM: Los únicos casos que se han movido son los de el senador Álvaro Ashton, que hoy está en libertad, y el de Musa Besaile. Y los otros demás casos no tienen, pues yo no conozco ningún tipo de gestión o de resultados.

MJD: ¿Cuántos políticos señaló usted y contó?

LGM: En total, incluyendo los magistrados, los políticos, los funcionarios y en el caso del abogado Luis Ignacio Lyons, 26 personas. Sorprendentemente, los máximos responsables, los que tenían los despachos, los que eran realmente el símbolo de la justicia, como van las cosas, eso va a quedar en la impunidad.

MJD: ¿Eso qué significa? ¿Qué le dice a usted que no hayan prosperado?

LGM: Que me tengo que callar. Es que mire dónde me tienen. Maria Jimena, primero, contrariando una norma del código penitenciario porque la norma dice que yo debo estar en un ERE, que no es un privilegio, porque es igual un centro de reclusión. No lo estoy, estoy en un patio civil, que próximamente se me terminará la cuarentena y debo salir a población, y eso me tiene muy preocupado. Yo sí veo manos detrás de todo esto porque lo que quieren es que yo, realmente, sea asesinado. Y en el entretanto que me llene de temores para no aclarar, para que no se amplíe la lista, para que no siga cooperando, para que el país no se entere de lo que ocurrió. Y yo creo que lo están logrando.

¿Y qué dice o qué opina Luis Gustavo Moreno de la manera como el fiscal Barbosa ha asumido la decisión del juez que le cambió los términos de su principio de oportunidad?

LGM: Mire, la fiscalía actual ha hecho todo para que yo me eche para atrás. Yo entregué todos mis bienes. Me están cambiando la reglas de juego, pero no importa, cualquier persona dice, bueno, no declaro más, porque usted me dijo esto y ahora me dice otro, blanco y ahora me dice negro, perfecto. Si el fiscal hubiera querido habla con Atehortúa, habla con el ministro, pero han sido silentes en todo esto. Ha hecho más el procurador. Y mi defensa…ellos son los que deberían preservarme, porque soy el testigo de ellos, ellos son los que constitucionalmente y legalmente tienen el deber de salvaguardar mi vida y de que se respeten mis garantías. Sí, lo hicieron ante el juez, pero después de eso no hicieron nada. Hay unos enlaces institucionales para este tipo de circunstancias. Fui funcionario y sé cómo opera esto. Tienen oficina incluso dentro del búnker.

Lo que es claro es que Gustavo Moreno no es el primero ni el último en haber hecho lo que hizo. Todavía, aún, está incrustado ese germen de la corrupción en todas las instituciones en Colombia. No solamente por lo que dice Gustavo Moreno, sino porque es evidente que la corrupción no se acabó con Gustavo Moreno.

LGM: Hay más personas como Moreno. El país no puede ser ingenuo, no pueden ser ingenuos en creer que nosotros fuimos el comienzo y el fin de la corrupción dentro del sistema judicial. Eso no es cierto, hay más personas, y yo creo que en los pasillos, en los círculos de poder, donde esto se conoce, pues no van a decir nada porque además se benefician de esto.

MJD: Pero pregunto, ¿ese Cartel de la Toga, que todo el mundo piensa que terminó con su salida y con la salida de Bustos y con la salida de Ricaurte y de Malo, en fin, ese Cartel de la Toga sigue operando o no?

LGM: María Jimena, yo no me siento con garantías de contestarle esa pregunta. No, porque si me tengo que referir a personas que están hoy en el poder, personas que tienen influencia sobre los jueces que tienen todavía que resolver circunstancias como el proyecto de oportunidad, como la tutela que nosotros estamos presentando, tengo temores…

MJD: Pero eso es una respuesta de que sí, que sí hay un Cartel de la Toga que está vivo y coleando.

LGM: Yo no voy a contestarle porque tengo temores, tengo miedos, y son fundados, son fundados. Mire este acto de retaliación. Hoy usted puede mirar quiénes están en esto, usted puede mirar quiénes están en la guarnición militar, hay funcionarios, hay civiles, el señor, no sé si ya recuperó su libertad, hay un Federico Gaviria, entre otros, el señor Prieto, entre otros. Y yo que soy un funcionario fiscal, me meten con personas que han sido encarceladas e investigadas por fiscalías y hay una animadversión por el simple hecho de ser fiscal y, perdónenme la expresión, por ser sapo. Y además tengo a todas estas personas, que todavía ejercen poder, algunas en cuerpo ajeno, y me meten acá es para que me silencie, para que me calle, para que me llene de temores, y ni Dios lo quiera, para que atenten contra mi vida.

MJD: ¿Qué es lo que les hizo a ustedes pensar que estaban por encima de la ley cuando son los que deberían, digamos, en sana lógica, defender la ley y el estado de derecho?

LGM: Yo no tengo excusa para lo que hicimos, pero le contesto sinceramente. Primero, como estudiante, nadie se matricula en una facultad, cualquiera que sea, en este caso Derecho, para delinquir. Y lo hicimos. Primero me llené de admiración, de respeto, después construimos una amistad, y después, desafortunadamente, pasé la línea ambicionando poder y emulando a lo que era ese grupo, viendo lo que ellos hacían, y hice parte, y desafortunadamente me corrompí. Y he pagado hasta con lágrimas de sangre. Yo creo que soy de los pocos, o tal vez el único, que ha sido extraditado por actos de corrupción.

Gustavo Moreno tiene miedo. Esa es la gran conclusión de todo este reportaje.

LGM: Yo creo que si los reflectores de la opinión pública, de personas como usted que hace ese trabajo periodístico, no están constantemente revisando lo que pasa, esto va a quedar en la impunidad. Van a lograr que los que todavía están privados de la libertad recuperen su libertad, sea porque entran a la jurisdicción especial, porque ya le abrieron la puerta a Ashton y a Musa, o ya sea porque logren, así sea infundadamente, una libertad por vencimiento de términos, que además es absurdo que en el caso de más alto nivel de corrupción al interior de la justicia, alguien salga por vencimiento de términos, es absurdo. Pero bueno, pasó. Entonces, yo qué le puedo decir, yo le pido a personas como usted, y a la opinión pública en general, que estén muy atentos de lo que está pasando con esto porque después de varios años, pues realmente no ha pasado mucho.

Pero le puedo decir que yo regrese al país porque creo o creí que la institución se iba a depurar y que los procesos se iban a adelantar, y que, además, hay evidencia suficiente más allá de lo que ya yo he dicho y de lo que pueda decir, que falta mucho por contar, pero me llevo está grande sorpresa. Y realmente, si las circunstancias no cambian, nosotros vamos a suspender la cooperación, la colaboración porque lo mínimo que puede hacer la institución es garantizarme la vida. Nadie va a cambiar un acuerdo donde posiblemente vaya a terminar asesinado. Si yo no denunció, el día de mañana van a decir que me suicidé o me tomé una botella de agua y me envenené, o alguna cosa absurda. Yo vine aquí porque quiero vivir, porque quiero rehacer mi vida, porque tengo una princesa que me necesita, porque tengo una familia que quiero demostrarle que a pesar de que uno se cae, uno se puede levantar. Y esto se debe aprender.

Sería el colmo que una persona que llegó a Colombia, que confesó que cometió unos delitos, termine silenciado por las personas que delató. Y sería el colmo también que la justicia y la fiscalía no lo cobijara. Ojalá esto que hoy sacamos sirva para que eso no pase. Porque si eso no pasa, va en perjuicio de la verdad y de la justicia, y todos los colombianos perdemos.

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